Sin embargo, como dice Tootie, es posible que algunos de los deseos no sean lo que parecen. Como por ejemplo, el del tipo siniestro que pidió cinco televisiones de plasma para los niños del orfanato: puede que no fuera para los niños del orfanato. Pero Timmy está aún creciendo y acaba de entender que conceder deseos no es tan fácil como parece, especialmente cuando hay alguien que viste de rojo y ha hecho de ello su profesión desde hace unos dos mil años. Un Papá Noel no muy contento llama a Timmy, Tootie y las hadas para que vayan al Polo Norte. Han concedido tantos deseos que ¡han dejado a Papá Noel sin trabajo! Timmy acaba en una guerra que ya dura dos mil años entre elfos y hadas, pero eso no es todo: un choque accidental entre Timmy y Papá Noel deja éste confuso y en estado de shock. ¡No sabe quién es! Ante una situación tan terrible, solo hay una cosa que se pueda hacer: Timmy sustituirá a Papá Noel.