El joven Lucas comparte piso con su pareja Eimish, en Madrid. Un día se para a comprar una rosa para ella, lo que evita que se cruce con ella por la calle cuando se marchaba. Esta casualidad del destino le hace llegar a casa y encontrarse con una carta en la que dice que se va a Alemania. Es entonces cuando recordará una postal que tiempo atrás le envió el antiguo novio teutón de ésta, en la que ponía: "siempre habrá un lugar aquí para ti". Es entonces cuando sin pensárselo dos veces, y actuando por primera vez en su vida movido por sus impulsos, decide tomar el primer tren que viaja a Berlín para tratar de convencer a su novia de que vuelva a su lado. Cuando llegue a la ciudad se dará cuenta de que ella no está allí, por lo que decide emprender nuevo rumbo a Verona (Italia). Pero las cosas empeorarán en la aventura: ella debe plantar cara a ciertas situaciones de su pasado, y él deberá cambiar su idea sobre la familia y el amor.